Luego de años muy difíciles para el orden estudiantil, donde la falta de planificación y previsi-on fue la regla para la gestion de nuestro día a día, así como una innumerable cantidad de resoluciones que nos perjudicaron, y el desconocimiento de muchas de nuestras propuestas y preocupaciones, nos enfrentaremos nuevamente a un decanato que no cuenta con el apoyo de la mayoría de los estudiantes.
En el mes de octubre, y como cada 4 años, se eligió el Decano de nuestra Facultad. Este rol es muy importante, debido a que es la persona encargada de encabezar el equipo de gestión que implementa las decisiones tomadas en el Consejo. De forma previa a la elección de Decano en la Asamblea General del Claustro, desde el orden estudiantil participamos de un plebiscito gremial, apoyando la candidatura de Hugo Barretto como Decano por amplia mayoría (75% de los votos), mandatando a 8 de los 10 claustristas estudiantiles, dejando en claro la necesidad de un cambio de rumbo en la gestión de nuestra facultad. Sin embargo, la mayoría de los docentes y egresados/as acompañaron la candidatura del Dr. Gonzalo Lorenzo, quien contando con el apoyo de una minoría estudiantil resultó electo con 18 votos (contra 14 votos al Dr. Hugo Barretto)
El Decano electo fue el principal Consejero docente de la Dra. Cristina Mangarelli (2018-2022) el cual se caracterizó por gestionar de espaldas al orden estudiantil. Quienes acompañaron la elección de Lorenzo fueron las mismas agrupaciones de egresados, docentes y estudiantes que apoyaron el decanato de Mangarelli, continuando con un modelo de gestión que desde hace varios años se lleva adelante en nuestra Facultad y ha implementado medidas perjudiciales para todo el orden estudiantil.
En la historia de nuestra Facultad, los decanos y decanas que no han contado con el apoyo estudiantil no han sido favorables para los y las estudiantes, sino que han traído grandes complicaciones a nustras condiciones de estudio.
En este contexto, los próximos años traen para la Facultad de Derecho grandes desafíos: revisiones de los planes de estudios de todas las carreras e implementación de cursos en diversas modalidades, lo que implicará transformaciones estructurales para nuestro día a día. Estas discusiones serán lideradas por una gestión que ha desconocido las necesidades del orden estudiantil.
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